Un día la sala se convirtió en un espacio de estimulación sensorial.
En esta oportunidad, la computadora fue un estímulo para la visión y el seguimiento ocular en combinación con los sonidos.
En la PDI esta vez no se podía tocar nada: solo mirar figuras geométricas que se movían en distintas direcciones, giraban, temblaban o parecían latir.
¿Puede cambiar el color de la luz haciendo clic?
¡Y hubo más!
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